México impone un nuevo impuesto turístico
El nuevo gravamen planeado por México podría encarecer significativamente los viajes en crucero hacia este popular destino.
Las vacaciones en crucero hacia México podrían convertirse en una experiencia más costosa debido a una propuesta de ley que impondría un impuesto de 42 dólares por pasajero extranjero a partir de 2026. Este gravamen, denominado "pago de documentos de inmigración para pasajeros extranjeros", afectará a todos los pasajeros que ingresen al país en cruceros, sin importar si desembarcan o no.
Aunque históricamente los turistas en tránsito estaban exentos de este tipo de impuestos, la nueva normativa busca incluir a los cruceristas en un esfuerzo por mitigar el turismo excesivo y cubrir el déficit presupuestario del país. Dos tercios de los ingresos generados por esta medida estarían destinados a financiar al Ejército mexicano.
México alberga algunos de los puertos de cruceros más visitados del mundo, como Cozumel, Costa Maya y Cabo San Lucas, que atraen millones de turistas cada año. Cozumel, conocida como la "capital mundial de los cruceros", recibe aproximadamente cuatro millones de pasajeros anuales, representando más de la mitad del tráfico marítimo turístico del país.
A partir de 2025, el estado de Quintana Roo ya planea implementar un impuesto adicional de 5 dólares por pasajero para un Fondo Nacional de Prevención de Desastres, lo que elevaría el total a 47 dólares por persona cuando se sumen ambas tasas. Esto coloca a los puertos mexicanos entre los más costosos del mundo, generando preocupación en la industria.
El sector de los cruceros ha respondido con firme oposición. La Asociación Mexicana de Agentes Navieros advirtió que estas tarifas podrían afectar severamente la competitividad de México frente a otros destinos del Caribe, como Jamaica, que ya aplica un impuesto de 20 dólares pero sigue siendo considerado más asequible.
Por su parte, la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA), que representa a 23 importantes líneas de cruceros, señaló que la medida haría a México 213% más caro que el promedio de otros puertos caribeños. Incluso mencionaron la posibilidad de rediseñar itinerarios para evitar puertos mexicanos, un movimiento similar al ocurrido en Alaska hace casi dos décadas, cuando se impuso un fuerte impuesto en sus puertos.
Además, la FCCA alertó que este impuesto podría poner en peligro futuras inversiones del sector en México, como el club de playa privado que Royal Caribbean planea inaugurar en Cozumel en 2026 y una atracción acuática en Costa Maya programada para 2027.
La implementación de impuestos turísticos no es exclusiva de México. En Europa, destinos como Ámsterdam, Mykonos y Santorini ya aplican medidas similares para controlar el turismo excesivo, especialmente durante los meses de verano. En el Caribe, países como Bahamas y Barbados también han introducido tasas de salida para financiar proyectos medioambientales y sostenibles.
El crecimiento constante de la industria de cruceros, que alcanzó los 31.8 millones de pasajeros en 2023 y podría llegar a 39.4 millones en 2027, ha obligado a muchos gobiernos a regular su impacto. México se suma a esta tendencia global con un enfoque particular en financiar su infraestructura militar.
La propuesta del nuevo impuesto turístico en México pone en el centro del debate el equilibrio entre la necesidad de ingresos fiscales y la competitividad en la industria turística. Si bien la medida busca atender el turismo masivo y las finanzas públicas, también podría generar un efecto adverso al disuadir a los viajeros y a las compañías de cruceros de elegir a México como destino. La respuesta del sector, junto con las decisiones legislativas finales, determinarán si este impuesto marca un precedente o un obstáculo para el turismo marítimo en el país.