
Trump analiza destituir al presidente de la Reserva Federal
Trump quiere remover a Powell para negarse a bajar las tasas de interés en medio de una economía presionada por la guerra comercial.

En un nuevo capítulo de confrontación con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, Donald Trump dejó entrever su deseo de apartarlo del cargo. La declaración de Kevin Hassett, principal asesor económico del mandatario, confirma que la Casa Blanca está evaluando posibles escenarios para hacerlo. Aunque la ley no permite una destitución directa, el gobierno explora caminos legales tras un fallo reciente de la Corte Suprema que podría sentar un precedente.
El origen del conflicto radica en la negativa de Powell a reducir las tasas de interés al ritmo que exige la administración. Trump lo acusa abiertamente de actuar tarde y mal, al tiempo que insiste en que su permanencia representa un obstáculo para la recuperación económica, especialmente en el contexto de las disputas comerciales con China, la Unión Europea y otros socios.
La tensión entre presidentes estadounidenses y la Reserva Federal no es nueva. Casos emblemáticos como el de Richard Nixon y Arthur Burns en los años 70 demostraron los peligros de debilitar la independencia del banco central. Powell, consciente del valor institucional de la Fed, ha optado por resistir la presión, recordando que su mandato se extiende hasta abril de 2026 y que la entidad no debe ceder ante intereses políticos coyunturales.
Trump, sin embargo, considera que la política monetaria debería alinearse con su visión económica. Critica que, mientras Europa baja sus tasas para estimular la economía, Estados Unidos se mantiene conservador. En sus propias palabras, "la Fed debería haber accionado hace tiempo", una afirmación que exponen su frustración ante la falta de apoyo de Powell.
En paralelo, el mandatario mantiene un arancel universal del 10% sobre los productos importados, lo que ha generado tensiones inflacionarias. Powell advirtió que esta política podría elevar los precios y frenar el crecimiento, motivo por el cual el banco central mantiene una posición prudente y no ha reducido las tasas como exige el Ejecutivo.
Más allá del desacuerdo económico, el posible intento de remover a Powell es visto por analistas como un riesgo institucional. Interferir en la autonomía del banco central afectaría la credibilidad de la política monetaria estadounidense y, por ende, la estabilidad del dólar y de los mercados internacionales. Despedir al presidente de la Fed no solo sería inédito, sino una medida de alto costo político y económico.
Mientras tanto, el futuro inmediato depende de las decisiones que tome Trump en las próximas semanas. Si bien ha demostrado una inclinación a actuar por impulso, la magnitud de esta medida obligaría a una evaluación más cuidadosa. Por ahora, Jerome Powell sigue firme en su cargo, con el respaldo de la ley y de buena parte de la comunidad financiera.
