
Lee Jae-myung asume la presidencia de Corea del Sur
Lee Jae-myung asumió la presidencia de Corea del Sur tras la destitución de Yoon Suk Yeol, en un contexto de polarización política, tensiones con aliados estratégicos y una economía en crisis.

Lee Jae-myung, el nuevo presidente de Corea del Sur, asume el cargo en uno de los momentos más complejos para el país en décadas. Su llegada a la presidencia representa el desenlace de una intensa crisis política que incluyó la declaración de ley marcial por parte del expresidente Yoon Suk Yeol y su posterior destitución.
Sobreviviente de cargos penales, un intento de asesinato y persecución política, Lee se enfrenta ahora a su desafío más grande: liderar una nación profundamente dividida, con tensiones crecientes en el plano internacional y una economía golpeada. Lee, de 61 años, llega al poder con amplio respaldo legislativo, pues su Partido Demócrata domina la Asamblea Nacional. Promete ejercer una diplomacia pragmática centrada en los intereses nacionales, reequilibrando las relaciones exteriores entre Estados Unidos, China y Corea del Norte.
Durante su campaña y en sus primeros pronunciamientos, ha reiterado su compromiso con la alianza militar con Washington, sin renunciar a la posibilidad de mejorar los vínculos con Pekín y Pyongyang. “Me arrastraré entre sus piernas si es necesario, si eso es lo que tengo que hacer por mi pueblo”, dijo refiriéndose al expresidente estadounidense Donald Trump, aunque aclaró que Corea del Sur también tiene cartas por jugar.
Su postura contrasta con la de su predecesor, Yoon Suk Yeol, quien fortaleció el alineamiento con Estados Unidos y Japón, distanciándose de China y Corea del Norte. Para algunos analistas, la posición más equilibrada de Lee podría generar tensiones con Washington, sobre todo si intenta reanudar el diálogo con Corea del Norte o prioriza los lazos económicos con China.
Además del escenario internacional, Lee enfrentará un panorama interno cargado de desafíos. Su victoria se produjo en medio del repudio generalizado a la fallida ley marcial impuesta por Yoon, que fue considerada por muchos como un intento autoritario de frenar la oposición. Tras la movilización masiva en las calles, la Asamblea Nacional promovió su juicio político y el Tribunal Constitucional lo destituyó en abril, abriendo paso a nuevas elecciones.
Aunque Lee emerge como el mayor beneficiario político del colapso del gobierno de Yoon, su figura no está exenta de polémica. Actualmente enfrenta procesos judiciales por presunto soborno y violaciones a la ley electoral. Sus detractores lo acusan de usar el poder como escudo legal, mientras que él afirma que los cargos en su contra son infundados y motivados políticamente.
