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La extracción de CO2 de los océanos podría disminuir el cambio climático

Científicos en Los Ángeles ya prueban una nueva tecnología para reactivar la capacidad del océano de absorber CO2 y limpiar el aire.

La extracción de CO2 de los océanos podría disminuir el cambio climático
La extracción de CO2 de los océanos podría disminuir el cambio climático

Un equipo de científicos en Los Ángeles trabaja sin descanso en una tecnología innovadora: reactivar la capacidad del océano para absorber dióxido de carbono (CO2), un gas que se ha convertido en el enemigo público número uno del planeta.

El océano ya actúa como un sumidero de carbono, absorbiendo alrededor del 25% de las emisiones generadas por la actividad humana. Sin embargo, debido a la acidificación y el aumento de las temperaturas, su capacidad para hacerlo está disminuyendo.

El proceso funciona como una planta desalinizadora a gran escala. Toma agua del océano, separa una pequeña porción y la electrifica para dividirla en dos partes: una ácida y otra alcalina. La parte ácida se introduce en el agua restante, provocando una reacción que libera CO2, que se almacena en tanques. La parte alcalina se devuelve al mar para neutralizar la acidez.

"Es como escurrir una esponja para aumentar su poder de absorción", explica Steve Oldham, director general de Captura, la empresa detrás de esta tecnología.

Extraer CO2 del océano es mucho más eficiente que capturarlo del aire. El CO2 está presente en el agua de mar en una concentración 150 veces superior a la de la atmósfera, lo que reduce significativamente los costes.

Captura y otras empresas como Equatic y SeaO2 están trabajando en el desarrollo de esta tecnología a gran escala. El objetivo es construir instalaciones que puedan secuestrar millones de toneladas de carbono al año.

Sin embargo, aún hay muchos desafíos por delante. Se necesitarían miles de estas instalaciones para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones, y la construcción y operación de estas requeriría una inversión de miles de millones de dólares. Además, existe la preocupación por el impacto ambiental que esta tecnología podría tener en los ecosistemas marinos.

La comunidad científica está dividida sobre la viabilidad de esta tecnología. Algunos expertos creen que es una solución prometedora, mientras que otros advierten que es demasiado costosa, riesgosa y que no debería ser una prioridad frente a la reducción de emisiones.