
Bélgica confirma su regreso a la energía nuclear
Bélgica elimina la ley que prohibía la energía nuclear desde 2003, con el objetivo de asegurar su abastecimiento energético y avanzar en su descarbonización.

Con una mayoría amplia, el Parlamento federal de Bélgica derogó la ley de 2003 que preveía el cierre definitivo de las plantas nucleares este año. La medida, impulsada por el actual gobierno encabezado por el conservador Bart de Wever y respaldada por una coalición de fuerzas diversas, busca asegurar el suministro energético del país en un contexto global marcado por la inestabilidad. Según el ministro de Energía, Mathieu Bihet, esta decisión marca “el comienzo de una nueva era” que pretende relanzar un sector que, a su juicio, fue marginado durante demasiado tiempo por prejuicios ideológicos.
Este cambio legislativo en Bélgica se suma a un giro más amplio que se está gestando en Europa, donde países como Italia, Países Bajos, Suiza y el Reino Unido han comenzado a reconsiderar la energía atómica. Aunque los ecologistas insisten en que las renovables son la alternativa más viable a largo plazo, las preocupaciones sobre seguridad energética y la reducción de emisiones están llevando a varios gobiernos a extender la vida útil de sus centrales nucleares. En Bélgica, la extensión de los reactores Doel 4 y Tihange 3 hasta 2035 ya está en marcha tras un acuerdo con la empresa francesa Engie.
Críticas de ambientalistas y debate sobre intereses privados
Las organizaciones ecologistas, como Greenpeace y Bond Beter Leefmilieu (BBL), han expresado su preocupación por los riesgos de seguridad de los reactores más antiguos, además del impacto que esta decisión podría tener en la democratización del acceso a la energía. Denuncian que el llamado “contrato del siglo” con Engie beneficia a la empresa privada y limita el desarrollo de energías limpias descentralizadas, que darían mayor autonomía a los ciudadanos. La portavoz de Greenpeace, Nadia Cornejo, advirtió que prolongar plantas antiguas es costoso, riesgoso y desvía recursos de las energías renovables.
Pese a que Bélgica produce cerca del 42% de su electricidad a partir de energía nuclear, no todos los reactores cumplen con los estándares de seguridad actuales, lo que genera incertidumbre sobre la viabilidad de su reactivación. A esto se suma la falta de una posición clara por parte de Engie, que ha declarado que la energía nuclear ya no forma parte de su estrategia de negocios. El gobierno federal, no obstante, confía en abrir un diálogo con la empresa para definir el rumbo de la política energética nacional.