Estudio revela nuevos hallazgos sobre el origen del COVID-19
Científicos identifican a perros mapaches, civetas y ratas de bambú como posibles transmisores del virus en el mercado de Wuhan, reforzando la teoría del origen animal del COVID-19.
Un reciente estudio científico ha puesto en el centro de la investigación del COVID-19 a un conjunto de animales que podrían haber sido responsables de la transmisión del virus a los humanos. Este esfuerzo, que busca identificar la fuente del brote, se basa en un análisis genético de muestras recolectadas en el mercado de Wuhan, donde se reportó el primer caso de la enfermedad. Los investigadores han señalado a las civetas, perros mapaches y ratas de bambú como los posibles intermediarios de la infección.
El estudio, publicado en la revista científica Cell y liderado por el biólogo evolutivo Michael Worobey de la Universidad de Arizona, ha realizado un análisis exhaustivo de las subpoblaciones animales presentes en el mercado. Según Worobey, la identificación de subespecies específicas, como los perros mapaches que circulan en el sur de China, podría proporcionar pistas valiosas sobre el origen del virus y su transmisión. Esta información no solo ayudaría a rastrear la historia del virus, sino también a investigar los reservorios naturales donde el coronavirus podría estar presente.
A pesar de las revelaciones que refuerzan la teoría del origen animal del COVID-19, el debate sobre la posibilidad de una fuga de laboratorio sigue siendo un tema controvertido. Mark Woolhouse, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Edimburgo, afirmó que los nuevos hallazgos sugieren que el virus evolucionó en el mercado, aunque no son conclusiones. Expertos de la Organización Mundial de la Salud también habían indicado anteriormente que la transmisión animal era más probable que una fuga accidental.
La investigación se basa en el análisis de más de 800 muestras recogidas en el mercado en enero de 2020, donde se vendían diversas especies de fauna silvestre. Aunque no se puede afirmar con certeza que los animales estaban infectados en el momento de la recolección, la presencia de especies identificadas como potenciales portadoras en un área del mercado con alta actividad del virus, refuerza la teoría del contagio zoonótico.
Las pruebas genéticas realizadas en el material recolectado han demostrado que la cepa original del SARS-CoV-2 encontrada en el mercado es genéticamente idéntica a la que se propagó globalmente. Esto sugiere que el mercado pudo haber sido un punto crítico en el surgimiento de la pandemia, corroborando la hipótesis de que el virus se transmitió de los animales a los humanos en este lugar.