Día Mundial del Cerebro: ¿cómo mantenerlo sano?
La clave está en un enfoque integral de bienestar que abarque mente y cuerpo, promoviendo una vida plena y saludable.
Cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, una iniciativa que busca concienciar sobre los trastornos neurológicos y cómo prevenirlos. Este año, la atención se centra en la salud cerebral y las estrategias para evitar el envejecimiento cognitivo.
Según la Federación Mundial de Neurología, un 90% de los accidentes cerebrovasculares y el 40% de los casos de demencia podrían prevenirse. Enfermedades como el Alzheimer, la epilepsia y las migrañas contribuyen significativamente a la discapacidad a nivel mundial.
El doctor Alejandro Andersson, neurólogo del Instituto de Neurología Buenos Aires, explica que aunque el envejecimiento cerebral es inevitable, su impacto puede reducirse con hábitos saludables. Asimismo, el doctor Ricardo Allegri destaca la importancia de distinguir entre declinación cognitiva normal y deterioro patológico, como el Alzheimer.
María Teresa Morales Guzmán de la UNAM subraya el papel del estrés crónico en el deterioro cerebral, sugiriendo técnicas de relajación como solución. La prevención del envejecimiento cerebral implica el control de factores de riesgo como la hipertensión y el sedentarismo.
12 claves para un cerebro saludable
- Dieta equilibrada: consumir alimentos ricos en antioxidantes y omega-3.
- Hidratación adecuada: beber suficiente agua para mantener el funcionamiento cerebral.
- Ejercicio regular: promueve la circulación y la neurogénesis.
- Estimulación cognitiva: aprender y socializar son esenciales.
- Sueño de calidad: crucial para la memoria y el funcionamiento general.
- Revisiones auditivas: la audición afecta la cognición.
- No fumar: el tabaco incrementa el riesgo de deterioro cognitivo.
- Gestión del estrés: practicar mindfulness y yoga.
- Uso equilibrado de la tecnología: evitar la sobrecarga de información.
- Protección física: usar casco y cinturón de seguridad.
- Interacción social: previene la depresión y fomenta la salud cognitiva.
- Control cardiovascular: monitorear presión, colesterol y peso.
Adoptar estas prácticas no solo ayuda a preservar la salud cerebral, sino que también mejora la calidad de vida y prolonga la independencia en la vejez. La clave está en un enfoque integral de bienestar que abarque mente y cuerpo, promoviendo una vida plena y saludable.