El estrés y su impacto en la edad biológica
Según estudio, el envejecimiento biológico puede acelerarse en humanos cuando experimentan situaciones de estrés.
El envejecimiento biológico puede acelerarse en humanos y ratones cuando experimentan situaciones estresantes como una cirugía urgente o una infección grave de COVID-19, según una investigación publicada en la revista Cell Metabolism. Sin embargo, el estudio revela que se revierte una vez que la situación estresante ha sido superada.
El equipo de investigación, liderado por las universidades de Harvard y Duke (EE. UU.), utilizó varios relojes epigenéticos de envejecimiento para demostrar que estos cambios se producen en períodos de tiempo relativamente cortos, de días o meses.
Aunque la creencia tradicional ha sido que la edad biológica de los organismos aumenta de manera constante a lo largo de la vida, ahora está claro que esto no está vinculado de forma indeleble a la edad cronológica. Ejemplo de ello, es que cada vez hay más pruebas en modelos animales o humanos de que la primera puede verse influenciada por enfermedades, tratamientos farmacológicos, cambios en el estilo debida o exposiciones ambientales.
Al respecto, James White, uno de los investigadores de la Universidad de Duke, confirmó que “este hallazgo de una edad fluida, fluctuante y maleable pone en tela de juicio la antigua concepción de una trayectoria ascendente unidireccional de la edad biológica a lo largo de la vida".
En ese sentido, estudios previos habían sugerido que podría haber variaciones de corto plazo en la edad biológica, pero no se habían investigado anteriormente si estos cambios eran reversibles y qué factores los provocan.
Relojes epigenéticos para cuantificar el envejecimiento
El equipo utilizó relojes epigenéticos (análisis moleculares para cuantificar con bastante precisión el envejecimiento) de la metilación del ADN, que es una reacción química en la que se unen pequeñas moléculas de metilo al ADN. Esta metilación puede alterar la forma en que los genes se activan o no.
Los investigadores utilizaron esta técnica para medir los cambios en la edad biológica de humanos y ratones en respuesta a diversos estímulos estresantes. A su vez, estos relojes epigenéticos se basaron en la observación de que los niveles de metilación de ciertos lugares del genoma cambian de forma predecible a medida que avanza la edad cronológica.
De acuerdo con la revista, en el caso de los ratones, se utilizó un procedimiento conocido como parabiosis heterocrónica, que consiste en unir quirúrgicamente las circulaciones sanguíneas de parejas de animales de 3 y 20 meses de edad. Por ello, los resultados indicaron que, aunque la edad biológica puede aumentar en respuesta al estrés en períodos de tiempo relativamente cortos, este aumento es transitorio y tiende a volver a la línea de base después de la recuperación del estrés.
Cabe resaltar que, el equipo planteó la hipótesis de que otras situaciones naturales también podrían dar lugar a cambios reversibles en la edad biológica. Así, observaron que en humanos y ratones se producían cambios transitorios durante una cirugía mayor, el embarazo y la COVID-19 grave. En el caso de una intervención quirúrgica de urgencia los pacientes experimentaron un fuerte y rápido aumento de la edad biológica, pero en los días posteriores este proceso se revirtió y la edad se restableció a los valores basales.
Finalmente, en los dos casos restantes, el equipo observó que en la etapa posparto de las embarazadas y el uso de un fármaco inmunosupresor llamado tocilizumab en pacientes convalecientes de COVID-19 ayudó a la mejora de la edad biológica en ambos casos. El estudio destaca un aspecto novedoso en el envejecimiento biológico, aunque los investigadores reconocieron algunas limitaciones en su capacidad de conectar las fluctuaciones a corto plazo de la edad biológica y las trayectorias de envejecimiento biológico a lo largo de la vida.