Adopción en México: un desafío más allá de los trámites
El sistema de adopciones en México enfrenta obstáculos legales y emocionales que afectan tanto a menores institucionalizados como a familias adoptivas.
La adopción en México es una oportunidad para formar hogares y brindar estabilidad a menores en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, el proceso va más allá de un simple trámite legal: implica retos emocionales, psicológicos y estructurales tanto para las familias adoptivas como para los niños y adolescentes que buscan una segunda oportunidad. En 2023, de los 335 menores registrados en el sistema de adopción, solo 209 lograron ser integrados a una familia, según datos oficiales.
El sistema de adopción en México prioriza la reintegración familiar como primera opción para los menores bajo protección. Solo cuando esta alternativa no sea viable, se abre la posibilidad de adopción. Este enfoque busca preservar los lazos biológicos siempre que sea posible, pero a menudo se encuentra con procesos legales lentos y complejos, lo que retrasa la posibilidad de ofrecer un hogar permanente a los menores.
Los niños y adolescentes que esperan ser adoptados suelen haber enfrentado situaciones traumáticas como abandono o maltrato. Según Rosalinda Morales, coordinadora de familias en Fundación Unnido, es crucial brindarles acompañamiento psicológico especializado. "Estos menores necesitan ayuda para sanar heridas emocionales y adaptarse a su nueva familia", señala Morales. Este apoyo no solo es para los niños, sino también para los padres adoptivos, quienes deben estar preparados para afrontar crisis emocionales.
El establecimiento del vínculo afectivo entre padres e hijos adoptivos no siempre es inmediato. "Es un proceso gradual, tanto para los menores como para los padres. Llamarlos 'papá' o 'mamá' puede tomar tiempo, porque los niños también deben adoptar a sus nuevos padres", explica Morales. Este proceso requiere paciencia, capacitación y apoyo constante para ambas partes.
Un gran número de menores en espera de adopción pasan su vida en instituciones. Según Patricia Secunza Schott, directora de Casa Alianza, el 40% de los menores de entre 10 y 14 años, y el 20% de entre 15 y 19 años, permanecen en hogares de asistencia sin ser adoptados ni reintegrados. La situación se agrava para los adolescentes que, al cumplir 18 años, deben enfrentar la vida adulta sin una red familiar ni el apoyo necesario.
El sistema de adopción en México necesita reformas estructurales que no solo agilicen los trámites, sino que también fortalezcan el apoyo a los menores institucionalizados. "Es vital extender los programas de acompañamiento para adolescentes hasta los 21 o 23 años, ayudándolos a desarrollar una vida independiente", concluye Secunza Schott. Así, la adopción podría transformarse en un proceso más humano y eficaz, garantizando un futuro digno para los menores.
Lee el artículo completo dando clic aquí.