Trump despide empleados y amplía la influencia de Elon Musk en el gobierno

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que marca un cambio radical en la estructura del gobierno federal. La medida obliga a las agencias a cooperar con el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por el multimillonario Elon Musk, y a reducir drásticamente sus plantillas. Según el documento, las agencias podrán contratar únicamente a un empleado por cada cuatro que sean despedidos, con el objetivo de optimizar la mano de obra y reducir el tamaño del gobierno.

Los despidos masivos han comenzado en áreas clave, afectando a empleados en período de prueba en el Departamento de Educación y la Agencia Federal de Pequeños Negocios (SBA). Algunas oficinas afectadas incluyen programas de ayuda a estudiantes y servicios para niños con discapacidades, lo que ha generado críticas de sindicatos y defensores de políticas públicas. Los despidos han sido justificados por "no representar el interés público", de acuerdo con las notificaciones enviadas a los empleados.

El DOGE, bajo el liderazgo de Musk, busca reorganizar la estructura gubernamental mientras expande su alcance en decisiones de contratación y gestión. En paralelo, la orden también contempla medidas para desmantelar programas relacionados con diversidad e inclusión, al tiempo que exige el retorno presencial de trabajadores federales en teletrabajo. Críticos aseguran que esta política prioriza intereses privados sobre el bienestar colectivo y genera incertidumbre sobre la estabilidad laboral de miles de empleados.

La administración Trump defiende esta estrategia como una forma de reducir el "despilfarro y la hinchazón" del aparato estatal, promoviendo una supuesta eficiencia. No obstante, expertos advierten que estas reducciones podrían afectar el funcionamiento de programas esenciales y consolidar el poder de Musk en áreas tradicionalmente públicas. Por ejemplo, el multimillonario ha influido directamente en iniciativas relacionadas con tecnología y finanzas, impulsando su participación en decisiones clave del gobierno.

Estas acciones subrayan la intención de Trump de reestructurar profundamente el gobierno federal, confiando más poder a figuras empresariales como Musk. Sin embargo, las repercusiones sociales y económicas de esta medida podrían extenderse por años, afectando tanto a empleados públicos como a ciudadanos que dependen de los servicios de las agencias involucradas.