Kamala Harris vence a Donald Trump en un tenso debate electoral
El primer debate presidencial enfrentó a Harris y Trump en una acalorada discusión llena de acusaciones, bulos y tensos momentos, donde la economía y la inmigración fueron los temas centrales.
El primer debate presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump ha dejado claro quién fue la ganadora según los espectadores. Un sondeo de CNN mostró que el 63% de los encuestados consideraron que Harris salió victoriosa, frente al 37% que apoyó a Trump. Este resultado representa un giro significativo en comparación con las encuestas previas al debate, donde ambos candidatos aparecían empatados.
El cara a cara, transmitido por ABC News, estuvo plagado de momentos tensos, comenzando con un frío saludo. "Diviértase", fue una de las pocas interacciones entre ambos. Trump evitó el contacto visual con su oponente, concentrándose en los presentadores mientras lanzaba duras acusaciones sobre inmigración, uno de los temas más delicados para Harris. El expresidente culpó al gobierno de Biden por una "invasión" de inmigrantes, afirmando que estos estaban "robando empleos" y que muchos eran "criminales y terroristas".
Harris, en lugar de caer en provocaciones, se mantuvo serena y utilizó sus intervenciones para detallar propuestas concretas. En uno de los momentos clave del debate, anunció un plan para dar 50,000 dólares en reducción de impuestos a las empresas, 6,000 dólares a familias jóvenes con hijos, y 25,000 dólares a los compradores de una primera vivienda. Su postura fue clara: "Debemos enfocarnos en soluciones reales, no en desacreditar a las personas".
A lo largo del debate, Trump recurrió varias veces a bulos, algunos de ellos bastante surrealistas. Uno de los más llamativos fue la afirmación de que los inmigrantes estaban "comiendo perros y gatos" en algunas ciudades de Estados Unidos, algo que fue desmentido en directo por los moderadores. El magnate también lanzó duras críticas contra los demócratas en temas de aborto, afirmando que "apoyaban matar niños nacidos", un comentario que fue igualmente refutado en el acto.
Por otro lado, Harris centró sus intervenciones en temas económicos y sociales, destacando su apoyo a la protección del derecho al aborto mediante una ley federal, una postura que ha sido clave para ella durante la administración de Biden. A pesar de los intentos de Trump por desviar el tema hacia ataques personales y bulos, la vicepresidenta logró mantener la calma y plantear propuestas concretas, lo que reforzó su imagen presidencial.
El debate no estuvo exento de intercambios personales y acusaciones, con Trump calificando a Harris de "marxista" y la candidata respondiendo que líderes militares le habían dicho que el expresidente quería convertirse en un "dictador". La tensión entre ambos candidatos se sintió durante los 90 minutos de discusión, pero fue Harris quien consiguió llevar la conversación hacia temas de fondo, como la economía y el futuro del país.
El debate ha dejado claro que Kamala Harris ha salido fortalecida, mostrándose como una candidata con propuestas claras frente a un Donald Trump que insistió en acusaciones. Aunque los ataques personales dominaron una parte del cara a cara, la capacidad de Harris para centrarse en políticas tangibles fue reconocida por una mayoría de espectadores, marcando así un punto a su favor en la contienda electoral.