Crisis y caos en Bolivia por intento de Golpe de Estado
El despliegue militar en La Paz desencadenó el colapso de servicios básicos, rememorando los violentos enfrentamientos de 2019.
El miércoles, Bolivia se sumergió en el caos tras la entrada de militares armados en la sede de Gobierno en La Paz, acción que el presidente Luis Arce calificó como un "intento de golpe de Estado". Esta intervención provocó un colapso generalizado en cajeros automáticos, farmacias, gasolineras y el transporte público, generando un clima de incertidumbre y miedo entre la población.
Ciudadanos abarrotaron los cajeros automáticos en la avenida El Prado para retirar dinero, mientras que en diversos barrios se observaron largas filas en estaciones de servicio y comercios, reflejando el temor de quedarse sin combustible y productos de primera necesidad. Este frenesí colectivo recordó a muchos bolivianos la crisis de 2019, cuando violentos enfrentamientos y cuestionadas elecciones llevaron a la renuncia de Evo Morales.
Entre octubre y diciembre de 2019, La Paz fue escenario de intensas manifestaciones que obligaron al cierre de comercios y mercados, y paralizaron el transporte público. Las similitudes con la situación actual son evidentes, con ciudadanos apresurándose a abastecerse y protegerse ante el temor de un desabastecimiento.
La rápida respuesta de las autoridades, incluyendo la orden del presidente Arce de relevar a los comandantes de las Fuerzas Armadas, fue crucial para evitar una escalada mayor del conflicto. Sin embargo, la situación dejó en claro la fragilidad política y social del país, subrayando la necesidad de soluciones pacíficas y democráticas para evitar repetir los violentos episodios del pasado.