Claudia Sheinbaum excluye al Rey Felipe VI en su toma de posesión
El Gobierno español no enviará ningún representante a la ceremonia de toma de posesión de la primera mujer presidenta de México.
El 1 de octubre, Claudia Sheinbaum Pardo asumirá el cargo de presidenta de México en una ceremonia que tendrá lugar en la Ciudad de México. Sin embargo, esta jornada histórica ha generado tensión diplomática entre México y España. El Gobierno español ha decidido no enviar a ningún representante a la ceremonia, calificando como "inaceptable" la exclusión del Rey Felipe VI de la invitación oficial.
Desde Madrid, las autoridades han emitido un comunicado en el que expresan su descontento por lo que consideran una falta de respeto a la monarquía española. Tradicionalmente, Felipe VI ha sido partícipe en tomas de posesión de presidentes iberoamericanos, una tradición que comenzó cuando aún era Príncipe de Asturias. No obstante, en ocasiones, otros altos cargos han representado al Estado en dichos eventos.
La relación entre México y España ha sido objeto de tensiones desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de México en diciembre de 2018. Uno de los momentos más críticos se produjo en marzo de 2019, cuando López Obrador envió una carta al Rey de España. pidiendo disculpas por los agravios históricos cometidos durante la Conquista. Esta petición no recibió respuesta, y desde entonces, las relaciones bilaterales se han mantenido frías. En 2022, el propio presidente mexicano anunció una "pausa" en las relaciones con España, acusando al país europeo de prácticas desleales.
No obstante, López Obrador ha manifestado en varias ocasiones su esperanza de que su sucesora, Claudia Sheinbaum, pueda retomar las relaciones con España. En una conferencia en junio de 2024, el mandatario destacó que Sheinbaum es "una mujer muy inteligente, respetuosa y conocedora de la historia", lo que, según él, abre la puerta a una nueva etapa en las relaciones bilaterales.
Claudia Sheinbaum, quien será la primera mujer en ocupar la presidencia de México, se alzó con una clara victoria en las elecciones del pasado 2 de junio. La candidata oficialista obtuvo el 58.8% de los votos, superando con creces a su principal rival, Xóchitl Gálvez, quien recibió el 28.2%. Este resultado marcó un hito histórico, superando incluso el porcentaje alcanzado por López Obrador en 2018.
En su discurso tras la victoria, Gálvez reconoció el triunfo de Sheinbaum, destacando la importancia de este logro para la democracia mexicana. A nivel local, en Ciudad de México, Clara Brugada, también del partido oficialista, ganó la alcaldía con el 51.9% de los votos.
Uno de los aspectos más novedosos de esta transición de poder es la fecha de la toma de posesión. Por primera vez, la ceremonia se llevará a cabo el 1 de octubre, gracias a una reforma político-electoral de 2014 que busca agilizar la transición entre gobiernos. Anteriormente, el cambio de poder ocurría en diciembre, como fue el caso de López Obrador en 2018.
Este adelanto en la fecha permite que la presidenta electa tenga más tiempo para influir en la elaboración del presupuesto del año siguiente, lo que le otorga un mayor margen de maniobra desde el inicio de su mandato. Además, el 1 de octubre se ha declarado día festivo obligatorio para todas las dependencias del gobierno mexicano.
La exclusión de Felipe VI de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum ha abierto un nuevo capítulo en las tensas relaciones entre México y España. Mientras ambos países enfrentan desafíos diplomáticos, el cambio de liderazgo en México podría marcar un punto de inflexión en la política exterior del país, especialmente si Sheinbaum logra recuperar el diálogo bilateral que se ha visto afectado en los últimos años.