Caída de Bashar al Assad: un golpe estratégico en Oriente Medio

La toma de Damasco por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) ha marcado el fin del régimen de Bashar al Assad, transformando drásticamente el panorama político de Oriente Medio. Este suceso histórico representa una pérdida significativa para Irán y Rusia, dos actores clave que durante años han sostenido al gobierno sirio como un eje de su influencia en la región.

La ofensiva relámpago liderada por HTS, una coalición de milicias apoyada por Turquía y con vínculos históricos con Al Qaeda, ha redefinido el equilibrio de poder en Oriente Medio. La caída de Assad elimina un pilar estratégico desde el cual Irán y Rusia proyectaban su influencia en el mundo árabe. Según un alto funcionario iraní citado por Reuters, esta derrota coloca a Teherán en una posición delicada mientras busca adaptarse a los nuevos líderes sirios.

“Irán está dispuesto a establecer contacto con las nuevas autoridades en Damasco”, señaló el funcionario, destacando la importancia de preservar la estabilidad en la región. Además, subrayó que cualquier decisión sobre el futuro de Siria debe recaer exclusivamente en el pueblo sirio.

El impacto de la caída del régimen sirio también se sintió directamente en la diplomacia iraní. El mismo día de la ofensiva, la embajada de Irán en el prestigioso barrio de Mazzeh, en Damasco, fue atacada y saqueada. Oficinas destrozadas, muebles rotos y documentos cargados en camiones fueron algunos de los daños reportados.

Afortunadamente, según el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, los diplomáticos habían evacuado el edificio antes del asalto, y todo el personal se encuentra a salvo. Este ataque simboliza la vulnerabilidad de los aliados de Assad tras la derrota del régimen.

Desde el inicio de la Guerra Civil en 2011, Irán ha sido un firme respaldo para el gobierno de Assad, enviando asesores militares y apoyo logístico. Sin embargo, este compromiso ha tenido un alto costo, con la pérdida de numerosos comandantes de la Guardia Revolucionaria en combates y en ataques aéreos israelíes dirigidos contra posiciones iraníes en Siria.

Con la derrota de Assad, Irán no solo pierde un aliado estratégico, sino también un puente clave hacia el mundo árabe. Ahora, Teherán enfrenta un escenario incierto en un momento crítico, marcado por la posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y las tensiones persistentes en Oriente Medio.