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Descubren más de 1,700 virus de hace 40 mil años en un glaciar

Este descubrimiento abre una ventana única al pasado ecológico y climático de la Tierra, brindando información clave sobre la evolución de las comunidades microbianas y su respuesta a los cambios ambientales.

Descubren más de 1,700 virus de hace 40 mil años en un glaciar
Descubren más de 1,700 virus de hace 40 mil años en un glaciar

En las cumbres elevadas del Himalaya, donde la vida es tan escasa como el oxígeno, un equipo de científicos ha realizado un descubrimiento que podría revolucionar nuestra comprensión del pasado terrestre. Montados en yaks, las únicas criaturas capaces de soportar el terreno hostil, los investigadores transportaron segmentos de un núcleo de hielo extraído del glaciar Guliya, ubicado en la meseta tibetana. Dentro de este hielo, preservado durante milenios, se encuentran 1,705 especies de virus, cuya existencia era hasta ahora desconocida.

Este hallazgo, publicado en la revista Nature Geoscience el 26 de agosto, ha proporcionado una cantidad sin precedentes de información viral. Según Lonnie Thompson, paleoclimatólogo y glaciólogo que lideró la expedición, estos microorganismos han sido conservados en el glaciar como en una cápsula del tiempo. Esto ofrece una oportunidad única para estudiar formas de vida que han permanecido inalteradas durante decenas de miles de años, proporcionando claves cruciales sobre la historia climática y ecológica del planeta.

El estudio detallado del ADN viral, recuperado de nueve secciones diferentes del núcleo, ha permitido a los científicos analizar cómo las condiciones ambientales han moldeado la diversidad viral a lo largo de miles de años. Matthew Sullivan, coautor del estudio y microbiólogo de la Universidad Estatal de Ohio, destacó que los datos obtenidos permiten plantear nuevas preguntas sobre la evolución de la Tierra y cómo los virus interactuaban con su entorno en distintos periodos climáticos.

Uno de los descubrimientos más reveladores del estudio es la variabilidad de la comunidad viral en respuesta a los cambios climáticos. Durante los periodos fríos, los virus presentaban composiciones similares, aunque no idénticas. Sin embargo, durante periodos cálidos, como la transición de la Última Etapa Glacial al Holoceno hace unos 11,500 años, la diversidad viral era mucho mayor. Este hecho subraya la influencia del clima no solo en los ecosistemas visibles, sino también en los microorganismos que forman la base de la cadena trófica.

Los virus encontrados en el glaciar Guliya no son simplemente curiosidades del pasado. Estos microorganismos, que infectan principalmente a bacterias y arqueas, desempeñaron un papel crucial en los ecosistemas antiguos. Actuaron como agentes de cambio, alterando la estructura y funcionamiento de los ecosistemas a través de procesos como la presión de selección y la transferencia de genes. Según Sullivan, los virus pueden moldear el metabolismo ecológico de un ecosistema, influyendo en la absorción de compuestos del medio ambiente y en la producción de subproductos, afectando a toda la red trófica.

Los glaciares, con su capacidad única para preservar datos genéticos y material biótico, se han convertido en archivos vitales de la historia climática y ecológica de la Tierra. Cada capa de hielo en un glaciar como el Guliya actúa como un registro natural, conservando partículas de polvo, burbujas de aire, polen y, como ahora sabemos, una rica diversidad de virus y otros microorganismos. Estos depósitos congelados ofrecen a los científicos una visión invaluable del pasado remoto y de las formas de vida que existieron en ese entonces.

Sin embargo, el cambio climático amenaza con borrar estos archivos naturales antes de que puedan ser completamente explorados. A medida que los glaciares se derriten, no solo perdemos agua dulce, sino también una valiosa información genética que podría ser crucial para entender la evolución de la vida en la Tierra y su adaptación a condiciones extremas. Conscientes de esta urgencia, Thompson y su equipo se han embarcado en una carrera contra el tiempo para recolectar y analizar tantos núcleos de hielo como sea posible antes de que desaparezcan.

El descubrimiento de estos virus antiguos en el glaciar Guliya no solo expande nuestro conocimiento sobre la vida microscópica en el pasado, sino que también plantea importantes preguntas sobre el futuro. A medida que el cambio climático continúa alterando nuestro planeta, los estudios como este son esenciales para comprender cómo las comunidades microbianas han respondido históricamente a los cambios ambientales y qué lecciones podemos aprender para afrontar los desafíos que nos esperan en un mundo cada vez más cálido.