Biden deja en Trump el destino de TikTok

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido no aplicar la prohibición de TikTok programada para el 19 de enero de 2025, dejando la resolución en manos de su sucesor, Donald Trump. Esta decisión ocurre luego de que en abril de 2024 el Congreso aprobara una ley que exigía a ByteDance, empresa matriz de la plataforma con sede en China, vender sus operaciones en el país para evitar su veto. 

A pesar de haber firmado la ley, la administración de Biden ha optado por no apresurar la implementación de la prohibición, permitiendo que sea la nueva administración la que decida cómo proceder. Esto significa que TikTok seguirá operando con normalidad en EE.UU. hasta que Trump tome posesión el 20 de enero y determine los próximos pasos. Mientras tanto, ByteDance ha insistido en que no comparte datos con el gobierno chino y ha argumentado que la venta forzada de la aplicación sería técnicamente inviable.

El equipo de transición de Trump aún no ha anunciado oficialmente su postura sobre el tema, aunque el expresidente ha expresado en entrevistas recientes que no está completamente a favor de prohibir TikTok. En contraste con su posición de 2020, cuando intentó bloquear la aplicación, ahora ha señalado que su popularidad entre los jóvenes estadounidenses y su impacto económico podrían justificar su permanencia. No obstante, algunos de sus asesores han sugerido que aún se está evaluando una posible negociación con ByteDance para garantizar que la plataforma cumpla con las normativas de seguridad de EE.UU.

Mientras se espera una decisión política, la Corte Suprema de EE.UU. revisa la legalidad de la ley que exige la venta de TikTok, lo que podría retrasar aún más la implementación de cualquier restricción. Algunos legisladores han expresado su preocupación por el posible impacto de la prohibición en millones de creadores de contenido y pequeñas empresas que dependen de la plataforma para generar ingresos. Además, hay quienes consideran que cualquier intento de prohibición podría enfrentar desafíos legales adicionales, al tratarse de una restricción a la libertad de expresión y al comercio digital.