La variante JN.1 se vuelve dominante en EE.UU.
En Estados Unidos la variante ha tomado la delantera, representando entre el 40% y el 50% de los casos para finales de diciembre.
La amenaza persistente del COVID-19 sigue latente en todo el mundo, especialmente con la ascensión de la variante JN.1, ahora predominante en Estados Unidos y otros países.
Aunque deseamos dejar atrás los momentos más difíciles de la pandemia, el virus SARS-CoV-2 sigue activo, presentando nuevas variantes que están bajo escrutinio científico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha designado a la variante JN.1 como una Variante de Interés (VOI), intensificando la observación sobre su potencial impacto en la transmisión y en la capacidad de evadir el sistema inmunológico.
La patóloga Marta Cohen describe la JN.1 como descendiente de Ómicron, sublinaje Pirola (BA.2.86), subrayando la importancia continua de los testeos. Los expertos, como el infectólogo Hugo Pizzi y el médico Ricardo Teijeiro, resaltan la rápida propagación de esta variante, aunque actualmente no se la considera de gravedad.
Las personas no vacunadas o sin refuerzos contra el COVID-19 están ahora más expuestas, ya que las vacunas siguen siendo la mejor defensa contra formas graves de la enfermedad. La OMS detalla que la JN.1 presenta la mutación L455S en la proteína de pico y advierte que el potencial de escape inmunológico depende de la heterogeneidad de la inmunidad global.
En Estados Unidos, la variante ha tomado la delantera, representando entre el 40% y el 50% de los casos de COVID-19 para fines de diciembre, según los CDC. Este aumento puede atribuirse a la temporada invernal y a las recientes festividades, creando condiciones propicias para la transmisión del virus en espacios interiores.
En este contexto, la importancia de las dosis de refuerzo contra el coronavirus se destaca para diferentes grupos de riesgo. La frecuencia varía según la edad y la salud de las personas, destacando la necesidad de un enfoque estratégico en la vacunación.
La evolución de la pandemia y la emergencia de nuevas variantes subrayan la importancia continua de la vigilancia, la vacunación y la adaptación de estrategias de salud pública para combatir la persistente amenaza del COVID-19. La colaboración global y la adherencia a medidas preventivas son cruciales para superar este desafío en curso.