Fallece la persona más longeva de Estados Unidos a los 115 años
La mujer que desafió al tiempo y vivió grandes hitos históricos falleció rodeada de su familia. Su vida estuvo marcada por la fe, el amor y una notable longevidad.
Elizabeth Francis, considerada la persona más longeva de Estados Unidos, falleció a los 115 años. Francis, quien vivió en Houston, Texas, murió tranquilamente en su hogar, rodeado de sus seres queridos. Su nieta y cuidadora, Ethel Harrison, confirmó la noticia, destacando que su abuela falleció en paz.
Nacida en 1909, fue testigo de algunos de los momentos más importantes de la historia moderna, como las dos guerras mundiales, la llegada del hombre a la luna y la revolución tecnológica del siglo XXI. Su vida, llena de desafíos y resiliencia, la llevó a ser reconocida como una "supercentenaria", término que designa a las personas que alcanzan o superan los 110 años de vida. Al momento de su muerte, era la tercera persona más longeva del mundo, según el registro de LongeviQuest.
A lo largo de su vida, Elizabeth Francis fue conocida no solo por su avanzada edad, sino también por su fuerte fe y carácter alegre. Harrison, su nieta de 69 años, expresó en declaraciones a ABC News que su abuela era profundamente devota y amaba a todos los que la rodeaban. "Su fe era muy fuerte y siempre estaba dispuesta a ayudar. Su lema de vida era simple: trata a los demás como quisieras ser tratado", explicó.
El optimismo y la calidez de Francis fueron características que la acompañaron siempre. “Era una persona feliz, siempre preguntaba por los demás y se preocupaba por su bienestar”, recordó Harrison. A pesar de los años, Francis mantuvo un espíritu juvenil, como lo mostró en una entrevista en 2023, cuando, al cumplir 114 años, bromeó diciendo que se sentía “como un pollito joven”.
La longevidad de Elizabeth Francis también estuvo relacionada con su estilo de vida. Harrison reveló que su abuela llevaba una dieta equilibrada, cocinaba en casa y evitaba el alcohol y el tabaco. “Siempre cultivaba sus propios vegetales y prefería la comida casera”, destacó su nieta. El compromiso con una alimentación saludable fue clave en su larga vida, así como el hecho de que nunca aprendió a conducir, lo que la llevó a mantenerse activa caminando y utilizando el transporte público.
Además de su alimentación, Francis llevaba una vida sencilla, con rutinas que priorizaban el descanso y el trabajo duro. “Se acostaba temprano, se levantaba temprano y cocinaba para su familia”, agregó Harrison.
Durante casi dos décadas, Francis trabajó en un café en Houston, antes de retirarse en 1975. Sin embargo, su legado fue más allá de su trabajo, dejando una huella indeleble en su comunidad y en su familia. Su hija Dorothy, quien tiene 96 años, expresó su gratitud por haber compartido tantos años con su madre. “Es increíble pensar que llegó a vivir 115 años. Ha sido una bendición para nuestra familia”, comentó Williams.
Elizabeth Francis no solo vivió más de un siglo, sino que también dejó un legado de amor, fe y resiliencia. Su longevidad fue un reflejo de su fortaleza interna y de su compromiso con una vida equilibrada y llena de sentido. Al despedirla, su familia y quienes la conocieron la recordarán como una mujer que no solo sobrevivió al paso del tiempo, sino que vivió con propósito y alegría hasta el final.