Nombramiento del nuevo embajador de EE.UU. en Francia causa polémica

El Senado de Estados Unidos aprobó la designación de Charles Kushner, empresario inmobiliario y consuegro del presidente Donald Trump, como nuevo embajador en Francia y Mónaco. Con una votación de 51 a favor y 45 en contra, la decisión ha generado controversia tanto por el perfil del nominado como por su historial judicial: Kushner fue condenado en 2004 por evasión fiscal, manipulación de testigos y violaciones a la ley electoral.

Kushner, padre del exasesor presidencial Jared Kushner y suegro de Ivanka Trump, asumirá la representación diplomática pese a haberse declarado culpable de 18 cargos federales y haber pasado dos años en prisión. Fue indultado en 2020 por el propio Trump durante su primer mandato, lo que ha reavivado críticas sobre los límites éticos de los nombramientos en la actual administración.

Durante su audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Kushner reconoció públicamente sus errores y afirmó no ser "una persona perfecta", en un intento por mitigar el peso de su pasado. Aun así, su nombramiento fue respaldado por algunos legisladores demócratas, como el senador Cory Booker, mientras que figuras republicanas como Lisa Murkowski votaron en contra.

Este movimiento se suma a otros nombramientos recientes que refuerzan la tendencia del presidente estadounidense de rodearse de figuras con vínculos familiares o personales cercanos. En meses anteriores, Trump nominó a Massad Boulos, suegro de su hija Tiffany, como asesor principal para temas de Medio Oriente, y a Kimberly Guilfoyle, expareja de su hijo Donald Jr., como embajadora en Grecia.

La llegada de Kushner a París ocurre en un contexto diplomático delicado. Las relaciones entre Estados Unidos y Europa enfrentan tensiones por amenazas comerciales y desacuerdos geopolíticos. Aunque Trump elogió a Kushner como un “líder empresarial destacado y hábil negociador”, muchos observadores cuestionan si su historial judicial y vínculos familiares condicionarán su capacidad para ejercer como representante diplomático ante uno de los principales aliados históricos de Estados Unidos.