Las mascarillas son una nueva forma de contaminación ambiental
Las mascarillas, fabricadas con fibras de polipropileno, tardan más de 400 años en desintegrarse.
Como consecuencia del retorno a nuestras actividades aún en tiempo de pandemia, el uso de mascarillas ha ido en aumento así como los altos niveles de contaminación que generan al ser desechadas de manera incorrecta.
Una vez utilizadas las mascarillas se convierten en residuos, pero su mala gestión al desecharlas es lo que ha provocado serios problemas ambientales. Esto se debe a que son fabricadas con diminutas fibras de polipropileno, un material que no se degrada fácilmente, motivo por el cual las mascarillas tardan más de 400 años en desintegrarse.
Por consiguiente, tanto las mascarillas como los guantes de bioseguridad se pueden acumular en el mar y en espacios terrestres, ocasionando daños a la vida animal, amenazando la vida humana y a la naturaleza. En otras palabras, no habrá garantía del bienestar humano y mucho menos salud en un futuro.
“Uno de los principios básicos de bioseguridad es asumir que todas las personas son portadoras de algún agente infeccioso, por ello el uso de barreras protectoras, como la mascarilla, es fundamental en un contexto de pandemia. De igual manera, debemos aprender la importancia de botar este tipo de implementos usados, que por su función podrían resultar contaminantes”, señala Lizbeth Policio, docente de enfermería del Instituto Carrión, en Perú.
Por lo tanto, es necesario que todas las personas alrededor del mundo tomen conciencia de esta problemática y empiecen a realizar una mejor gestión de desechos. Por ejemplo:
- Retirar los implementos de bioseguridad con las manos limpias y con mucho cuidado.
- Desinfectarlos e introducirlos dentro de dos bolsas plásticas, una dentro de la otra.
- Asegurar las bolsas y colocarlas dentro del tacho de basura de la casa.
- En lo posible, etiquetar este tipo de bolsas de desechos para que las personas que los recojan también tomen las medidas necesarias de bioseguridad.
De igual manera, el uso de mascarillas lavables, al tener mayor tiempo de vida, suelen ser una opción más factible para frenar la cantidad de desechos y, por ende, la contaminación en nuestro planeta.
De todas formas, hay que ser conscientes que hoy en día ya miles de mascarillas invaden los vertederos y océanos de todo el mundo, lo que ha provocado altos niveles de contaminación y, por consiguiente, la alteración de los ecosistemas orientados a su destrucción. Por lo que actuar de manera inmediata, empezando por el accionar individual, es una responsabilidad más que necesaria.