Reforma judicial de AMLO provoca paro indefinido de tribunales en México
Por primera vez, el Poder Judicial mexicano se declara en huelga, protestando contra la reforma y asegurando que amenaza su independencia y podría politizar la justicia.
El Poder Judicial de México ha entrado en un paro indefinido, una medida histórica motivada por la reforma judicial propuesta por el Gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador. La huelga, liderada por la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED), busca detener el proceso de reforma que consideran está lleno de imperfecciones y que, de ser aprobado, afectaría gravemente la independencia del Poder Judicial.
La reforma, que podría ser votada en septiembre, permitiría que a partir de 2025 los ciudadanos elijan en las urnas a los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a la mitad de los jueces en todo el país. Aunque el presidente López Obrador defiende su iniciativa como un esfuerzo para combatir la corrupción, los críticos argumentan que esta medida no solo es incorrecta, sino que también representa un retroceso en la independencia judicial.
Expertos destacan la gravedad de la situación. Subrayan que esta es la primera vez que el Poder Judicial recurre a una huelga para defender su autonomía, lo que evidencia la profundidad del conflicto entre el Ejecutivo y el Judicial. Además, se señala que la reforma podría sustituir el sistema actual de selección de jueces, basado en concursos profesionales, por uno en el que los puestos se asignarían a través de votaciones populares, lo que podría introducir factores políticos en la administración de la justicia.
La comunidad jurídica y académica teme que esta reforma debilite la independencia judicial y perjudique a la población en general. Mientras tanto, los magistrados y jueces en huelga continúan exigiendo que se reconsidere el contenido de la reforma, aunque reconocen que detener su aprobación será una tarea difícil.
El paro del Poder Judicial es un reflejo del profundo desencuentro con la propuesta de reforma. Este evento sin precedentes no solo subraya la importancia de la independencia judicial en la democracia mexicana, sino que también plantea serias interrogantes sobre el futuro de la justicia en el país si la reforma es finalmente aprobada.