Más de un millón de ucranianos enfrentan cortes de electricidad tras un bombardeo ruso

El bombardeo ruso afectó principalmente a las regiones de Lviv, Rivne y Volyn, situadas a cientos de kilómetros del frente de batalla. Según Maksym Kozytskyi, jefe regional de Lviv, “523,000 suscriptores en nuestra región están sin electricidad”, mientras que en Rivne y Volyn los cortes alcanzaron a 280,000 y 215,000 personas, respectivamente.

El Ministerio de Energía de Ucrania confirmó que este ataque constituye la undécima ofensiva masiva contra la infraestructura energética en lo que va de 2024.

El presidente Volodimir Zelensky y su equipo han denunciado que estos bombardeos son parte de una estrategia de terror dirigida a desestabilizar el país y aumentar el sufrimiento civil durante los meses más fríos. Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelensky, declaró: “Buscan sumergir a los ucranianos en la oscuridad y privarlos de calefacción en pleno invierno”.

A medida que las temperaturas caen a 0°C en muchas ciudades, los ingenieros trabajan sin descanso para restaurar el suministro eléctrico donde las condiciones lo permitan. Sin embargo, la magnitud de los daños sigue siendo un desafío. Sergey Kovalenko, director de la empresa energética Yasno, señaló: “Hay cortes de emergencia en todo el país. No hay fin a la vista”.

Por su parte, la ONU ya había advertido que estos ataques podrían hacer de este invierno uno de los más difíciles desde que inició el conflicto en 2022.

En medio de esta escalada, Rusia utilizó un misil hipersónico, un arma nunca antes empleada en el conflicto, como represalia por recientes ataques ucranianos con misiles ATACMS en territorio ruso. El presidente Vladimir Putin advirtió que estos proyectiles podrían ser utilizados contra países occidentales en el futuro.

Mientras tanto, la presión sobre Ucrania crece. El gobierno de Zelensky evalúa medidas drásticas ante la escasez de tropas, como reducir la edad mínima de reclutamiento a 18 años. Paralelamente, la postura del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, genera incertidumbre en Kiev. Aunque Trump ha expresado su disposición a negociar una tregua, su reticencia a mantener el apoyo militar y sus comentarios sobre la posible cesión de territorios ucranianos preocupan a los líderes locales.

La destrucción de la infraestructura energética ucraniana subraya la vulnerabilidad de los civiles ante un conflicto que no da señales de tregua. Mientras Ucrania trabaja para resistir el invierno más difícil de su historia reciente, la comunidad internacional enfrenta el reto de equilibrar la presión diplomática y el apoyo humanitario frente a una crisis que sigue cobrando vidas y esperanzas.