Descubren nuevos factores clave en el aumento de la obesidad
La obesidad ya afecta a más de mil millones de personas a nivel global, impulsada por hábitos alimentarios poco saludables y factores previamente ignorados.
En las últimas décadas, la obesidad ha emergido como una de las crisis de salud pública más alarmantes a nivel global. Actualmente, más de mil millones de personas en el mundo la padecen, y su prevalencia ha mostrado un aumento drástico desde 1990, triplicándose en adultos y cuadruplicándose en niños.
Este fenómeno ha superado incluso el impacto de la pandemia de COVID-19, evidenciando una crisis sanitaria de proporciones sin precedentes que aún no ha sido controlada de manera efectiva en ningún país.
Un estudio reciente revela que dos factores importantes en el aumento de la obesidad han sido relativamente poco discutidos: la deshidratación y el consumo excesivo de sal. Según Richard Johnson, profesor del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado, muchas personas con sobrepeso u obesidad no consumen suficiente agua, lo que podría estar contribuyendo significativamente a su condición. La deshidratación no solo eleva los niveles de vasopresina, una hormona que conserva agua en el cuerpo, sino que también puede estimular la producción de grasa, especialmente cuando se combina con una dieta alta en sal.
El impacto del consumo de azúcar y jarabe de maíz alto en fructosa también se ha identificado como un factor clave en el aumento de peso. En promedio, estos azúcares representan el 15% de las calorías en la dieta estadounidense, promoviendo el almacenamiento de grasa y elevando el riesgo de prediabetes. La obesidad infantil, en particular, ha mostrado un crecimiento alarmante, cuadruplicándose entre 1990 y 2022, lo que subraya la gravedad de la situación y la necesidad de intervenciones urgentes.
A nivel mundial, la obesidad afecta de manera desigual a diferentes regiones. En América Latina y el Caribe, aunque las cifras son menores que en Estados Unidos, países como México, Argentina y Chile registran niveles de obesidad que superan el 30% de la población. En México, las mujeres son las más afectadas, con una prevalencia de obesidad del 41%, mientras que en Argentina, más del 30% de los adolescentes entre 13 y 15 años presentan sobrepeso u obesidad, con proyecciones preocupantes para el futuro.
La crisis global de obesidad continúa creciendo sin control, impulsada por factores dietéticos y comportamentales que requieren atención inmediata. Expertos como Richard Johnson recomiendan una mayor ingesta de agua y una reducción en el consumo de sal como medidas preventivas. Sin embargo, la magnitud del problema exige estrategias integrales que incluyan la educación, la promoción de hábitos saludables y políticas públicas efectivas para frenar el avance de esta epidemia silenciosa que amenaza tanto la salud individual como la economía global.