Impunidad y violencia: el reto de ejercer periodismo en América Latina
La violencia y la impunidad en América Latina han convertido al periodismo en una labor peligrosa, debilitando la democracia y el derecho a la información.
La libertad de prensa es un pilar fundamental en las democracias, pero en América Latina enfrenta serias amenazas. El trabajo de los periodistas se ha vuelto extremadamente peligroso debido a la violencia, la censura y la proliferación de noticias falsas, lo que debilita la capacidad de los medios de mantener informada a la sociedad y fiscalizar al poder. Esta situación representa un riesgo no solo para los profesionales de la información, sino también para la democracia misma.
En los últimos años, el panorama para el ejercicio del periodismo en la región se ha vuelto más sombrío. Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), entre 2022 y 2023 se registraron varios asesinatos de periodistas, con un alarmante 86% de estos casos aún sin resolver. La impunidad reina en un contexto donde la violencia física y las amenazas son constantes, dificultando que los medios puedan llevar a cabo investigaciones críticas sin temor a represalias.
Países como México sobresalen por los altos índices de criminalidad contra los periodistas. La organización Artículo 19 reporta que, desde el año 2000, se han registrado 167 asesinatos y 31 desapariciones de periodistas. La profunda infiltración del crimen organizado y la corrupción gubernamental han fomentado un ambiente de impunidad que hace casi imposible garantizar la seguridad y la justicia para quienes ejercen esta profesión.
Leopoldo Maldonado, director de Artículo 19 para México y Centroamérica, señala que "la violencia contra la prensa es un patrón recurrente en toda la región". Maldonado también resalta que la creciente polarización política ha generado un entorno hostil para los periodistas, quienes además enfrentan censura, acoso y ataques directos. Esta dinámica no solo socava su labor, sino que también alimenta la desinformación y mina la confianza pública en la prensa.
Las agresiones contra periodistas no solo afectan a los individuos, sino que tienen un impacto profundo en toda la sociedad. La falta de información confiable priva a los ciudadanos de la posibilidad de tomar decisiones informadas, debilitando la participación democrática. En 2023, se registraron en promedio 10 ataques diarios contra periodistas, lo que revela la magnitud de la crisis.
En conclusión, la violencia contra los periodistas en América Latina pone en peligro el derecho a la información y, en última instancia, a la democracia. Como bien señala Maldonado, "no puede haber democracia donde hay desinformación, inhibición y represión de las voces disidentes". Proteger a los periodistas es fundamental para salvaguardar la participación ciudadana y mantener los contrapesos al poder.
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