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Alianza Lima: ¡Bicampeonato desde el alma!

El relato de un momento único e irrepetible y que coronó un año donde se hizo culto a la fe y al creer en sí mismo. Al levantarse ante la adversidad y aprovechar las oportunidades que se presentaron sobre el final del campeonato.

Alianza Lima: ¡Bicampeonato desde el alma!
La celebración blanquiazul al obtener el campeonato (Foto: @LigaFutProf)

No te voy a contar que Alianza Lima logró el bicampeonato ganándole el partido de vuelta de la final a FBC Melgar, porque eso ya todo el mundo lo sabe y existen millones de análisis sobre lo que sucedió el campo del Alejandro Villanueva el último sábado. Intentaré valorar todo lo que llevó al cuadro de La Victoria a la consagración en un año lleno de emociones a todo nivel.


Por primera vez, pudimos apoyar al equipo en casi todos los partidos de la campaña desde el campo de juego cuando fue local. Ser parte de los casi 30 mil fanáticos que cotejo tras cotejo se entregó entero esperando una victoria de la blanquiazul. Cuando los íntimos tuvieron un complicado inicio en el Torneo Apertura, el hincha estuvo ahí inclusive cuando ya no había chances de obtener este título corto, hizo sentir su aliento porque entendió que el objetivo mayor se podía dar sumando en cada encuentro.


Ya para la segunda parte del año y dejar atrás una desastrosa campaña en Copa Libertadores, incluido el imborrable marcador ante River Plate, Alianza Lima comprendió que este camino era de largo aliento. Consiguió una racha importante de partidos sin perder, pero llegaron tres malos resultados y la salida del técnico Carlos Bustos. Tomando el equipo Guillermo Salas muy lejos de los principales candidatos al título nacional, le impregnó la competencia sana entre todos los integrantes del plantel además de una motivación extra para lo que quedaba del Torneo Clausura.


El tramo final fue de locos porque Sporting Cristal dejó su racha de 25 partidos sin perder y FBC Melgar acusaba cansancio de una campaña importante en la Copa Sudamericana y seguidilla de encuentros. Los íntimos apuntaron dos triunfos fundamentales en Cusco y Ayacucho e hizo los deberes en casa para ganarse su lugar en la final. Obligó que sus rivales pelearan entre ellos la clasificación a los cotejos definitorios por el título y concentrarse en esta parte del campeonato ya teniendo la experiencia en haber salido airoso el año anterior, en plena pandemia, ante los celestes.


Los blanquiazules viendo cómo los arequipeños se deshicieron de los bajopontinos en las semifinales, apelaron a un partido ordenado en la ida para frenar la arremetida de los mistianos en la final de ida. El resultado no fue el esperado (derrota de 1-0) pero había confianza en darle vuelta en casa con la fuerza de la afición y la tranquilidad de echar mano de sus propias capacidades y ser contundentes ante cada rival que pisaba Matute. Sin duda, Alianza Lima fue mucho más sabio que su adversario y logró el objetivo mayor desde jugar este partido de revancha como de vida o muerte. El respaldo de su gente fue vital para conquistar la estrella número 26 en su historia a base de coraje, compromiso, compañerismo y unión del plantel en su totalidad.


Lo que se vivió en el Estadio Alejandro Villanueva desde horas antes del cotejo ante FBC Melgar se puede calificar con una sola palabra: alucinante. El hincha apoyó a los íntimos en todo momento e hizo sentir visitante a su oponente. Al momento del calentamiento, ese ensordecedor aliento, ya daba un claro mensaje: Alianza contaba con 12 jugadores que irían en busca del campeonato cueste lo que cueste. El primer gol al final del primer tiempo fue un bálsamo para los blanquiazules que ya habían hecho lo más difícil que era igualar la serie. Quedaban 45 minutos que sería a todo meter para buscar el segundo tanto y la obtención del campeonato. A falta de 15 minutos, el ansiado gol llegó y “La Caldera” fue una locura, la afición no se cansó de cantar hasta el final del encuentro y gritar una de las palabras más bonitas de este deporte: campeón.


Ver por primera vez, in situ, al club de tus amores dando la vuelta olímpica no tiene palabras de descripción porque solo son un conjunto de emociones que se pasan por el cuerpo. Desde la ansiedad, la emoción, el miedo o la euforia hacen una mezcla que no lleva a un calificativo propiamente dicho y que solo el fútbol es capaz de provocarla. El regreso a casa viendo a muchos fanáticos celebrando en las calles de todos los distritos es una estimulación impresionante de lo que ser fanático de Alianza Lima significa. El “Equipo del Pueblo” se ve expresado en sus seguidores de todos los estratos sociales del país. Y así, no haya nada por comer cuando llegas al hogar, la alegría de ser campeón no se reemplaza con nada. Esta aflora sin medida y se queda para siempre en el corazón. Felicidades el Club Alianza Lima por un nuevo bicampeonato en historia, ese que llegó desde el alma de los hinchas y de los jugadores que se identifican como hinchas.